Una vez, en una clase nos pidieron hacer nuestra propia definición de la felicidad. Después de leer varios autores, psicólogos, artistas, filósofos, llegué a la conclusión de que no hay una definición perfecta, cada quien ve la vida con ojos distintos y así como ve la vida siente y vive la felicidad. “Para ser felices necesitamos paz interior. La felicidad depende de la calidad de nuestros pensamientos, del dejar de preocuparnos por lo que no está en nuestro control, de apreciar cada momento de la vida, de agradecer la belleza que nos rodea, de compartir, amar y alegrarnos por los demás. No hay una fórmula correcta pero cuando entendamos que la felicidad está en el camino y que no es un destino habremos comprendido el verdadero significado de la felicidad”.